Sunday, June 6, 2010

Invitando comensales extranjeros

Carnicería en Marruecos. Crédito fotografico Foto Aleph. En historiadelacocina.com
La comida es parte de la cultura de un pueblo, y este tema muy bien lo ha desarrollado el antropólogo Levi Strauss, quien ha analizado incluso los grados de cocción en función de ciertos significados para algunas tribus.
Entiendo que todas las comunidades se sienten orgullosas de sus comidas típicas, o étnicas, según interpretemos. Y si no  las ven como ¨lo mejor¨, con excepción de algunos platos, toda persona aceptará los cánones culinarios de su tierra.
Esta cuestión se complica cuando la mesa se comparte con personas extranjeras, ajenas a las costumbres, sabores, aromas culinarios, de la otra parte.
Me contaba un día, un profesional chileno, que viviendo en California, fue invitado con su familia a cenar a casa de sus vecinos hindúes. Dice que no bien entró a la casa, lo invadió el fuerte olor a curry, tan intenso que le produjo aversión, la que se agravó cuando los anfitriones empezaron a comer con las manos.
Sin llegar a ese extremo, me ha sucedido que una vez entré a la cocina de una familia mexicana, y estaban cocinando chili, ese ají tan fuerte que yo jamás pude comer. El fuerte aroma me hizo toser sin parar, las lágrimas me caían mientras intentaba participar de la reunión. Por supuesto me sentía avergonzada, pero no pude con mi organismo que no estaba adaptado a la famosa plantita de la mala palabra. En otra ocasión, un señor mexicano me dice, mirando una bonita planta de chili, ¨la veo y se me hace agua la boca¨.
Nunca pude aprender a comer correctamente con palitos chinos, y en una reunión de negocios, tuve que pedir cubiertos porque se me cayó un trozo de pescado que intentaba manipular; cenando con el mismo grupo en otro restaurante, tuve de pronto una alergia en los labios por una verdura muy habitual en la cocina china, que todos comían como si nada; en una fiesta china, sirvieron –entre varios manjares- ¨pepino de mar¨, un bicho raro con espinas, todo de consistencia gelatinosa, un plato muy caro que ningún invitado de otra nacionalidad hubo de tocar, simplemente lo empujaban a ver cómo se movía.....
Mi esposo, se enorgullece de sus asados. Y no tuvo mejor idea que convidar con morcilla a dos chicas africanas, peor aún, les dijo que era ¨black pudding¨, sangre cocida con especias, etc. Obviamente, las chicas declinaron cortésmente probar esa aberración que tanto nos gusta a los argentinos; lo mismo sucedió cuando intentó servir chinchulines ¨trenzados porque son más vistosos¨, a comensales norteamericanos.
Pollería en un mercado egipcio. Crédito FotoAleph
http://www.fotoaleph.com/ (No me imagino estos pollos saltando entre los prolijos cortes envasados de EEUU)
Como vemos, la aceptación o no del plato es personal y dependerá de nuestra cultura. Habiendo pasado por estas anécdotas, algunas vividas con los chicos presentes, antes que lo olviden, les recomendaré, que si bien pueden servir nuestras comidas típicas a comensales extranjeros, especulen con la asociación y no intenten forzar a nadie, porque no es de buen gusto declinar rotundamente lo que se ha ofrecido.
Cómo es esto de la asociación? Pues bien, una ensalada de papas sudamericana, tendrá más limón y menos mayonesa que la norteamericana, pero sigue siendo ensalada de papas; una empanada ¨es como un taco pero cerrado¨ (así me han dicho!); una tortilla de papas es una omelette más gruesa y con papas en vez de verduritas y queso; las albóndigas para ¨picadas¨ sin la salsa, pero porqué no poner un poco de salsa de tomates aparte para el que lo requiera?…Y por supuesto, nada de servir animalitos enteros, al menos en EEUU, la gente conoce al animal ya procesado, en cortes, y no hacen la relación, por ejemplo, con la vaca entera que nosotros vemos colgadas en las carnicerías.
Estos temas que parecen banales, no lo son. Sentarse a la mesa y compartir la comida, implica un rito cuidadoso que muchas veces olvidamos, agobiados por nuestras obligaciones diarias.
Lea algunos párrafos de ¨The raw, the boiled and the roasted¨, del triángulo culinario de Claude Levi Strauss. El blog tiene un traductor incorporado.

2 comments:

  1. Muy bueno! Yo soy de comer lo que me pongan delante, pero entiendo que no todos son iguales y es todo un tema a la hora de agasajar a visitantes de otras culturas.

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  2. Hola Ana, es que acá no es como ir a Europa y encontrar la gastronomía de los abuelos, las culturas de todo el mundo conviven y trabajan juntas, te aseguro que no es fácil resolver los asuntos gastronómicos. Los restaurantes, optaron por tener cadenas típicas y otras de comidas semi-típicas, más al gusto local. Al punto que podés encontrar una hamburguesa en un restaurante de sushi, a no ser que sea un lugar muy paquete con cartas restringidas.

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Gracias por vuestros comentarios constructivos!.

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